La póliza de seguro ambiental permite a las empresas cumplir con la Ley de Responsabilidad Medioambiental y protegerse si dañan el ecosistema.
El seguro de responsabilidad ambiental, un instrumento de protección imprescindible
El cuidado del medioambiente es tarea de todos. Sin embargo, también existen leyes que regulan la responsabilidad medioambiental de las empresas, cuyo objetivo principal es garantizar un desarrollo sostenible que preserve los recursos naturales. Precisamente, a finales del año pasado venció el plazo para que las actividades clasificadas con nivel de prioridad 3 dispongan de una garantía financiera que les permita hacer frente a la responsabilidad medioambiental inherente a la actividad que desarrollan. En ese contexto, las pólizas de seguro ambiental se han convertido en un instrumento de protección imprescindible.
La Ley de Responsabilidad Medioambiental
En 2007 se aprobó la Ley de Responsabilidad Medioambiental para regular la responsabilidad de los operadores de prevenir, evitar y reparar los daños medioambientales, siguiendo el principio de prevención y aplicando la norma de “quién contamina paga”.
Con esta normativa no solo se han reforzado los mecanismos de prevención para evitar en la medida de lo posible los accidentes que dañen el medio ambiente – ya sean las aguas, el suelo, las especies de flora y fauna o sus hábitats – sino que también se garantiza que las empresas se responsabilizan por los daños derivados de su actividad y se comprometen a subsanarlos.
Mediante esta ley se obliga a los negocios a aplicar medidas de prevención, evitación y reparación de los daños medioambientales en su día a día. La normativa implica una responsabilidad administrativa, lo cual significa que la exige la administración pública, pero es independiente de la responsabilidad civil o penal que pueda derivarse del mismo hecho.
La garantía financiera en la Ley de Responsabilidad Medioambiental
La Ley de Responsabilidad Medioambiental recurre a la garantía financiera como un instrumento para asegurarse de que las empresas cuentan con los recursos económicos suficientes para hacer frente a la responsabilidad medioambiental derivada de su actividad que, por demás, tiene carácter ilimitado.
La garantía financiera debe cubrir las obligaciones de la actividad respecto a la prevención y evitación de los daños medioambientales, así como la reparación primaria, que implica la restitución o aproximación al máximo de los recursos naturales dañados al estado en que se encontraban antes de sufrir el daño.
La fijación de la cuantía de la garantía financiera obligatoria dependerá del nivel de riesgos medioambientales que representa la actividad, aunque su límite es de 20 millones de euros. Dada la magnitud de los daños medioambientales potenciales y su extensión a lo largo del tiempo, es difícil que algunas empresas puedan hacer frente a los costes que implica su reparación o compensación, por lo que la ley contempla la posibilidad de contratar un seguro de responsabilidad medioambiental o incluso de que intervenga el Consorcio de Compensación de Seguros a través del Fondo de compensación de daños medioambientales creado específicamente con tal fin.
Las principales coberturas de la póliza de seguro ambiental
El seguro de responsabilidad medioambiental es una herramienta imprescindible para que las empresas puedan tener cubiertas las espaldas ante posibles reclamaciones derivadas de cualquier daño que puedan causar al medioambiente durante el desarrollo de su actividad económica. Dadas las características únicas de las actividades y su impacto en el ecosistema, las pólizas de seguro ambiental suelen estar diseñadas a medida de cada negocio, teniendo en cuenta los riesgos reales a los que se enfrentan y tras estimar el Índice de Daño Medioambiental (IDM).
No obstante, en sentido general el seguro de responsabilidad medioambiental cubre:
- Prevención. Cuando existe una amenaza inminente de daño medioambiental, la aseguradora adopta las medidas de prevención necesarias para evitar que se produzca.
- Aminoración del daño.Si el accidente ya se ha producido, la aseguradora adopta las medidas necesarias para contener su alcance e impedir daños mayores al ecosistema.
- Reparación. Cuando se produce el daño, la aseguradora se encarga de la restauración de los recursos afectados asumiendo los costes de la reparación primaria, compensatoria y/o complementaria. Asumirá las medidas necesarias para restituir el medio ambiente a su estado original antes del accidente.
Algunos seguros de responsabilidad medioambiental también cubren los costes de limpieza, como el saneamiento del suelo, aguas superficiales o subterráneas, así como la retirada de los residuos generados. En esta cobertura se incluyen los costes del traslado y depósito o tratamiento final del suelo contaminado e incluso la reposición o reparación de los bienes en caso de que sea necesario destruirlos para realizar la descontaminación.
Las pólizas de seguro medioambiental también cubren los gastos de defensa y fianzas civiles. Es decir, asumen la defensa del asegurado frente a la reclamación y prevén la constitución de las fianzas judiciales exigidas. Algunas aseguradoras brindan la opción de contratar coberturas adicionales, como la interrupción del negocio debido a un accidente medioambiental o de contención de crisis para hacer frente a los daños a la reputación que pueda sufrir la empresa.
Por último, cabe aclarar que el seguro de responsabilidad civil convencional no suele cubrir la contaminación accidental, solo garantiza los daños a terceros provocados por dicho siniestro. En cambio, en una póliza de seguro medioambiental es posible añadir coberturas de contratistas y por daños personales y/o materiales tanto dentro como fuera de las instalaciones aseguradas para disfrutar de una mayor tranquilidad.