Cómo calcular la huella de carbono

El 60 % de las aseguradoras ya miden su huella de carbono y el 76 % valoran criterios ASG para configurar sus inversiones.

Las aseguradoras están implementando un modelo más sostenible

La actividad humana ha causado un aumento de la temperatura global de aproximadamente 1ºC sobre el nivel preindustrial. En España ese incremento supera la media en casi 0,5ºC. Para detener el calentamiento global es necesario reducir considerablemente la huella de carbono de las empresas transformando por completo el modelo económico. La actividad aseguradora es consciente de la amenaza que supone el cambio climático, por lo que ya ha comenzado a calcular su huella de carbono y está implementando acciones sostenibles.

Crece la conciencia medioambiental en las empresas españolas

Las iniciativas medioambientales, sociales y de gobernanza se han convertido en una prioridad para las empresas, al mismo nivel que el ajuste de sus modelos de negocio, según confirmó una encuesta realizada por Google Cloud a ejecutivos de diferentes países. El estudio reveló que las corporaciones ya destinan casi un 10% de su presupuesto a la sostenibilidad.

En España, el 97% de los directivos afirman que planean implementar una estrategia sostenible o que ya tienen una en marcha y el 46% están haciendo esfuerzos para compensar su huella de carbono.

La actividad aseguradora no se queda rezagada. El Libro Blanco del Seguro, por ejemplo, recoge dentro de las líneas de actuación de la Responsabilidad Social Corporativa la ecoeficiencia y mejora medioambiental, así como la necesidad de calcular la huella de carbono que generan las compañías y poner en práctica acciones sostenibles para reducir sus emisiones de dióxido de carbono.

Por supuesto, las aseguradoras y corredurías no tienen el mismo impacto medioambiental que una compañía petrolera o un fabricante de automóviles, pero aunque sus operaciones cotidianas no sean intensamente contaminantes, también tienen una huella de carbono que influye en el medioambiente.

De hecho, la huella de carbono es la totalidad de los gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de una persona, organización, evento o producto, los cuales contribuyen al cambio climático. Por tanto, la huella de carbono de las aseguradoras no se limita únicamente a su consumo energético, sino que se extiende a la comercialización de sus productos, el uso del transporte o el consumo del material de oficina.

¿Qué están haciendo las aseguradoras para reducir su huella de carbono?

El 80 % de las aseguradoras ya tiene políticas activas para desarrollar un negocio más sostenible, según indicó un informe de Unespa. El 60 % de las entidades y grupos aseguradores ya miden su huella de carbono y el 47% se han comprometido públicamente a reducirla.

Existen diferentes metodologías para calcular la huella de carbono, pero los datos de actividad suelen dividirse en tres tipos de alcances:

  • Alcance 1. El 52,3 % de las aseguradoras miden las emisiones directas asociadas a su actividad, como el consumo de combustibles fósiles.
  • Alcance 2. La mitad de las aseguradoras ya mide las emisiones indirectas asociadas al consumo energético adquirido y el consumido por la propia entidad.
  • Alcance 3. El 34,1% de las aseguradoras están yendo un paso más allá midiendo otras emisiones indirectas generadas como consecuencia de su actividad, como los viajes de trabajo en transportes externos o el uso de los envases y los insumos en la distribución.

En base a esa información sobre la huella de carbono, las empresas de seguros están aplicando diferentes medidas relacionadas con el control del consumo, el reciclaje y políticas de oficina sostenible. Las más extendidas son:

  • Reducir el consumo eléctrico.
  • Programas de reciclaje dirigidos a mejorar la gestión de envases y residuos.
  • Racionalizar el uso del material de oficina y comercial.
  • Disminuir el consumo de agua.
  • Racionalizar los viajes y fomentar el uso de medios de transporte más sostenibles

La actividad aseguradora promueve las inversiones más sostenibles

Las aseguradoras también han comenzado a aplicar criterios social y medioambientalmente responsables para gestionar sus inversiones. El 76 % de las entidades ya toma en consideración criterios ASG para configurar sus inversiones, según indicó el informe “Memoria Social del Seguro 2021”.

A la hora de invertir el capital de los seguros de vida y ahorro, las aseguradoras están valorando factores ambientales como el impacto de la actividad de la empresa en el cambio climático, el uso de energía renovables, el nivel de emisiones tóxicas y la huella de carbono para elegir aquellos proyectos más sostenibles.

Como resultado, en 2021 el 22,7 % de las entidades disponían de al menos un producto en el mercado que promovía las características medioambientales o sociales y el 9,1 % poseían además un producto dirigido a las inversiones sostenibles o la reducción de las emisiones de carbono.

Reducir la huella de carbono y poner en práctica estrategias de riesgo ESG tiene premio. Steel City Re, una compañía especializada en el asesoramiento en gestión de riesgos, indicó que las empresas que aplican estrategias sostenibles han visto crecer un 5 % el precio de sus acciones por encima del valor de mercado en apenas dos semanas. En el caso de las entidades que compartían y validaban públicamente esas estrategias, la prima casi se duplica.

Esos beneficios económicos y una mayor conciencia medioambiental están contribuyendo a que todo tipo de empresas se sientan más seguras a la hora de aplicar los cambios necesarios para avanzar hacia un modelo más sostenible y están menos preocupadas por los costes de implementación. En ese escenario, la actividad aseguradora está llamada a desempeñar un papel clave pues puede liderar el cambio necesario a través de sus seguros e inversiones.