Las empresas actuales operan en entornos altamente competitivos, complejos y regulados. No solo deben cumplir las normativas que se aplican en su sector, sino también protegerse de diferentes riesgos que pueden suponer un daño económico y reputacional. Por esa razón, necesitan asegurarse de que sus directivos y empleados siguen la legislación y el código ético. De no ser así, están obligadas a asumir la responsabilidad civil subsidiaria que deriva del desarrollo de su actividad.
Te explicamos en qué consiste la responsabilidad civil subsidiaria.
Índice
¿Qué es la responsabilidad civil subsidiaria?
La responsabilidad civil subsidiaria es la obligación de asumir las reclamaciones por daños a terceros causados o derivados del ejercicio de la actividad profesional, ya procedan de personas físicas o jurídicas que actúen en nombre de la empresa. Indica que la empresa es la responsable final, aunque sea de forma indirecta, de las reclamaciones que cursen los terceros afectados.
En el marco empresarial, la responsabilidad civil subsidiaria se sustenta en dos conceptos legales importantes:
- Culpa in eligendo. Esta locución latina, que se puede traducir como “culpa en la elección”, se usa para definir la responsabilidad civil de la empresa por sus empleados. Asume que, si el empleador ha elegido a los trabajadores, es responsable por sus actos en el ámbito laboral. Este principio amplía la responsabilidad al empresario y especifica su responsabilidad en caso de daños a terceros derivados de su actividad empresarial.
- Culpa in vigilando. Este principio, que se puede traducir como “culpa en la vigilancia”, se refiere a la responsabilidad civil derivada por los actos de personas que otros tienen el deber de vigilar, como es el caso de los empresarios y sus empleados. Indica que los dueños de establecimientos o empresas deben responder por los daños que puedan causar sus trabajadores en el ejercicio de sus funciones.
¿Cuándo la empresa actúa como responsable civil subsidiario?
Las empresas, independientemente del sector donde operen, actúan como responsable civil subsidiario por los delitos que cometan sus empleados, dependientes, representantes o gestores mientras cumplían con sus obligaciones o prestaban servicios, ya sea dentro o fuera de las instalaciones.
Eso significa que la empresa no solo es responsable civil subsidiaria de las infracciones que se cometan en sus instalaciones, sino también de los problemas que ocasionen sus trabajadores fuera mientras brindan sus servicios profesionales. Los accidentes fortuitos entre terceros y el personal de la plantilla en las instalaciones de la empresa también son responsabilidad de la misma.
La responsabilidad civil subsidiaria se extiende además a los contratistas, quienes deben pagar por los perjuicios ocasionados a terceros si uno de los subcontratados ha causado un daño, lo cual no solo abarca a la persona que ha cometido el acto, sino también a aquellas que se han visto involucradas de una u otra forma.
Por tanto, la empresa no solo es responsable legalmente por los problemas que pueda ocasionar su plantilla, sino también por aquellos que causen los profesionales subcontratados.
¿Cómo se aplica la responsabilidad civil subsidiaria en el seguro?
Los empresarios pueden protegerse de la responsabilidad penal subsidiaria implementando el Compliance Penal, un plan de prevención de riesgos penales en la empresa cuyo objetivo principal es garantizar que el negocio, sus trabajadores o quienes actúan en su nombre cumplen las normas legales, políticas internas, códigos éticos sectoriales y buenas prácticas profesionales.
Sin embargo, el Compliance Penal no exime a las empresas de su responsabilidad civil subsidiaria. La ley extendió la responsabilidad civil a otras personas precisamente para proteger a los afectados y lograr que reciban la reparación o indemnización a la que tienen derecho, aunque el responsable directo no pueda hacer frente a sus obligaciones.
A pesar de ello, las empresas pueden transferir su responsabilidad a las aseguradoras mediante un contrato de seguro de responsabilidad civil. Estas pólizas suelen tener una cobertura específica para garantizar a los profesionales o negocios la protección necesaria si uno de los empleados o subcontratados causa daños a terceros.
En ese caso, la aseguradora se hará cargo de la indemnización que tendría que satisfacer el responsable civil subsidiario, siempre dentro de los límites establecidos en la póliza. Este tipo de seguros también suele incluir una cobertura de responsabilidad civil subsidiaria cruzada, de manera que cubre los daños que puedan sufrir los empleados de los subcontratistas de la empresa. De hecho, el seguro de responsabilidad civil subsidiaria protege tanto el patrimonio del asegurado como los derechos de los terceros perjudicados.
Por último, cabe aclarar que una empresa puede ser absuelta de un delito penal por el que se ha condenado exclusivamente a un empleado o directivo, pero seguirá siendo responsable civil subsidiaria por los hechos delictivos. Eso significa que primero se reclamarán los daños y perjuicios al autor del delito, pero si este no puede repararlos, resarcirlos o indemnizarlos se acudirá a la persona jurídica. En ese punto se activa la cobertura del seguro de responsabilidad civil subsidiaria.
En cambio, si la empresa recibe una condena penal como persona jurídica, además de abonar la multa penal, también será responsable civil solidaria, por lo que tendrá que pagar por los daños y perjuicios junto al autor del delito, independientemente de la solvencia económica del mismo. Obviamente, cuando se actúa con dolo, premeditación o intencionalidad, el seguro de responsabilidad civil subsidiaria no cubre los daños.