Los fraudes por Internet han crecido en los últimos años, pero las empresas aseguradoras son capaces de detectarlos con gran eficacia. ¿Cómo lo logran?
Las empresas aseguradoras combaten activamente los fraudes por Internet
A medida que la economía se digitaliza y los consumidores compran más por Internet, las empresas se ven obligadas a ofrecer más productos y servicios online. La apuesta por el universo digital representa una ventaja competitiva, pero también conlleva nuevos retos en materia de seguridad, ya que las empresas necesitan protegerse de los ciberataques y luchar contra los fraudes por Internet. Una tendencia que se ha disparado en los últimos años, pero que las aseguradoras españolas han logrado tener a raya.
La situación de las empresas aseguradoras ante el fraude digital
El informe global sobre las tendencias de fraude de TransUnion reveló datos interesantes para las aseguradoras españolas, como el hecho de que entre 2019 y 2021 la tasa de fraudes por Internet creció un 52,2 %. España se mantuvo ligeramente por debajo de esa media, situándose en un 47,9 %.
Los falsos envíos de paquetes, el robo de identidad comercial y el phishing fueron las amenazas de seguridad online más frecuentes y las que más aumentaron durante el último año. Los casos de fraudes por Internet se dispararon significativamente en el sector del ocio y viajes, el juego, la logística y los servicios financieros.
Sin embargo, en el sector asegurador los intentos de fraude digital disminuyeron un 2,2 % en 2021. Las aseguradoras españolas, en particular, lograron reducir en un 24,6 % los fraudes por Internet durante ese periodo, por lo que se convirtieron en el tercer sector que más robos y chantajes cibernéticos evitó.
La seguridad online, un factor clave para los consumidores
En el mundo, uno de cada tres consumidores realiza más de la mitad de sus transacciones online. España no se queda rezagada: el 20 % de los consumidores ya hace prácticamente todos sus trámites y compras por Internet.
Esos consumidores moldean cada vez más las decisiones de las empresas, convirtiéndose en un factor clave a la hora de diseñar la experiencia del cliente. Los clientes actuales esperan que sus experiencias digitales sean seguras, rápidas y convenientes, de manera que si no cumplen esos estándares, es probable que abandonen la web y elijan otra compañía.
De hecho, dos tercios de los consumidores revelaron que están dispuestos a cambiar de compañía si otra les ofrece una experiencia digital mejor, una tendencia más pronunciada entre las personas de la Generación Z y los Millennials. El 43 % de los consumidores también confiesa haber abandonado una solicitud o formulario online porque pensaba que sus datos personales no estaban seguros.
Las expectativas de esos consumidores generan una gran presión por mejorar la experiencia del cliente, de manera que muchas empresas aseguradoras se enfrentan a un reto: facilitar la contratación de pólizas en tiempo récord y dar una respuesta rápida a las reclamaciones sin dejar a sus negocios vulnerables a los intentos de fraude y los ataques informáticos.
¿Cómo las empresas aseguradoras se blindan ante los fraudes por Internet?
El incremento de los fraudes que se ha venido produciendo en los últimos años ha puesto en alerta al sector asegurador. Debido al perjuicio económico que suponen, la lucha contra el fraude se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios de las empresas aseguradoras, muchas de las cuales ya cuentan con departamentos antifraude que usan técnicas cada vez más sofisticadas, no solo para detectarlo sino también para prevenirlos.
Las empresas aseguradoras recurren a diferentes herramientas tecnológicas para combatir los fraudes por Internet. Más allá de mantener actualizados sus sistemas informáticos, realizar controles de seguridad metódicos e implementar sistemas de detección y prevención de intrusos, utilizan otras tecnologías más específicas y avanzadas para detectar los intentos de fraude.
Herramientas de detección de fraude por Internet
Los sistemas de detección de anomalías, por ejemplo, se basan en modelos de aprendizaje automático que analizan las reclamaciones reales para determinar una línea base que les permita detectar anomalías que revelen intentos de fraude para alertar a las aseguradoras. Sin duda, se trata de una herramienta muy valiosa en un contexto marcado por los ataques de apropiación de cuentas y los intentos de estafa al seguro.
Ese mismo principio se aplica a las herramientas de análisis visual, que utilizan el reconocimiento de imágenes impulsado por la Inteligencia Artificial. Esta realiza una evaluación visual de las fotografías o secuencias de vídeo que envían por Internet los asegurados para determinar si el daño reclamado es exacto o no y detectar posibles incongruencias que indiquen un intento de fraude.
La tecnología blockchain también está comenzando a ser decisiva para que las aseguradoras compartan información de manera segura y eviten los fraudes. Ese registro distribuido no solo ofrece mayor transparencia, reduce la falsificación con la ayuda de certificados digitales y elimina a los mediadores no registrados, sino que garantiza que las transacciones sean permanentes, lo cual proporciona mayor seguridad y permite que las aseguradoras verifiquen la información de sus clientes cuando lo necesiten.
De hecho, el cruce de datos entre las aseguradoras es cada vez más importante, no solo para detectar intentos de fraude y evitar que un siniestro se reclame dos veces sino también para identificar el modus operandi de los ciberdelincuentes compartiendo detalles sobre los ataques a las bases de datos para mejorar sus capacidades de detección.
En general, las defensas de las empresas aseguradoras van más allá del análisis de datos y la Inteligencia Artificial para sumar el uso de fuentes de datos de código abierto como las imágenes de satélite, y la cooperación de los diferentes actores individuales en el sector asegurador para garantizar una lucha eficaz contra los intentos de fraude por Internet.