La tecnología wearable está cambiando la forma en que las compañías de seguros en España y el resto del mundo interactúan con los asegurados.
Los wearables generan nuevas oportunidades para la innovación
En un entorno caracterizado por una rápida innovación, las compañías de seguros no solo deben lidiar con la competencia sectorial, sino también con la de los nuevos actores de fuera de la industria. La difusión de la tecnología wearable abre un amplio abanico de posibilidades para innovar, de manera que si las compañías de seguros en España usan esos datos adecuadamente pueden reforzar la relación con sus clientes, aportarles un valor añadido y optimizar sus procesos de estimación del riesgo.
Aumenta el uso de dispositivos wearables en España
Los dispositivos wearables se están convirtiendo en una pieza clave de la práctica asistencial ya que permiten registrar y monitorizar de manera continua y longitudinal los parámetros de salud de los pacientes fuera de las consultas para brindar unos servicios más personalizados y eficientes. Las compañías de seguros también pueden aprovechar esa tecnología para conocer mejor a sus clientes y ajustar los algoritmos a sus comportamientos, estilo de vida y necesidades.
En Estados Unidos, casi el 40 % de los consumidores ya tiene un reloj inteligente o una pulsera de actividad física, según un informe de Deloitte. España supera esas cifras: seis de cada diez personas tienen al menos un dispositivo wearable. De hecho, el interés por los smartwatches ha crecido un 785 % y la demanda de pulseras de actividad se ha disparado un 7 714 %, según EuropaPress.
En general, los usuarios recurren a estos dispositivos para monitorizar su estado físico, hacer llamadas, revisar las redes sociales o incluso trabajar. El 45 % de las personas mayores de 55 años consideran que los dispositivos wearables son útiles ya que les permiten dar seguimiento a su estado de salud en tiempo real. Dado el valor añadido que aportan y el interés que están generando, es probable que este mercado siga creciendo y que los datos que genera se puedan integrar mejor en el sector asegurador.
¿Cómo las compañías de seguros en España podrían usar la tecnología wearable?
La tecnología wearable incluye todos aquellos dispositivos electrónicos inteligentes con sensores que recopilan información sobre el usuario. En la actualidad la mayoría de esos dispositivos se usan en la muñeca, como los smartwatches y pulseras de actividad, pero esta tecnología se está expandiendo a otros productos, como la ropa, los zapatos o las gafas. Con una conectividad mejorada y una tecnología más sensible y precisa, las compañías de seguros en España pueden aprovechar su potencial de diferentes maneras.
1. Ayudar a los clientes a mejorar su salud
Los dispositivos wearables brindan un canal para que las aseguradoras puedan interactuar más con sus asegurados, pasando de puntos de contacto ocasionales a interacciones casi diarias. Esa comunicación frecuente refuerza la relación de los clientes con su aseguradora, que puede ayudarles a mejorar su salud introduciendo cambios en el estilo de vida.
La aseguradora AIA Group, por ejemplo, se asoció con Vitality, líder mundial en la integración de planes de bienestar con seguros de vida, para lanzar un programa dirigido a ayudar a sus clientes a mejorar su salud. Los miembros de AIA Vitality pueden aprovechar descuentos en diferentes programas y productos destinados al cuidado físico, como las pulseras de actividad, y acumulan puntos que pueden canjear por recompensas. Además, quienes llevan un estilo de vida saludable pueden obtener descuentos del 5 al 20 % en la prima del primer año y hasta un 25 % en las primas de los años posteriores.
2. Implementar un proceso de evaluación del riesgo personalizado
A la hora de contratar un seguro, en especial aquellos de salud y vida, las aseguradoras usan baremos basados en datos poblacionales del pasado para identificar el nivel de riesgo actual y futuro que supone un asegurado. Ese sistema se podría perfeccionar usando los datos que aportan los dispositivos wearables.
Esta tecnología permite incorporar nuevas variables para realizar una evaluación de riesgos más granular. Los datos de la actividad física, por ejemplo, se pueden agregar a las otras fuentes de información para elaborar modelos predictivos más precisos y ágiles. Contar con los datos históricos y actuales del asegurado incluso permitiría ajustar las primas al nivel de riesgo real para aplicar un sistema de precios dinámicos que sería tan ventajoso para la aseguradora como para el asegurado, que tendría un motivo adicional para llevar un estilo de vida saludable o un comportamiento más responsable.
3. Ampliar la asegurabilidad
En la actualidad, la mayoría de los seguros de salud o vida se enfocan en clientes que representan un riesgo menor. Sin embargo, el uso de los datos que generan los dispositivos wearables puede expandir la asegurabilidad mejorando las ofertas a personas que de otro modo habrían sido rechazadas, ajustando al mismo tiempo las primas al nivel de riesgo real que representan.
En esos casos, la tecnología wearable daría lugar a un proceso de suscripción más inclusivo ya que permitiría asegurar, por ejemplo, a personas mayores que lleven un estilo de vida saludable y, por ende, representan un riesgo menor que sus coetáneos sedentarios. Las compañías de seguros en España incluso podrían usar esa información para diseñar nuevas pólizas enfocadas en riesgos que no eran asegurables debido a la falta de datos.
En conclusión, las aseguradoras tienen ante sí una gran oportunidad para mejorar su relación con los clientes, optimizar la gestión del riesgo e incluso ampliar su catálogo de productos. Los datos de los dispositivos wearables les permitirán incluir nuevas características en los seguros, pero primero tendrán que superar algunos desafíos, no solo desde el punto de vista técnico, como la necesidad de almacenar y gestionar enormes volúmenes de datos en tiempo real, sino también desde la perspectiva del cumplimiento normativo ya que deben garantizar la seguridad y privacidad de esos datos en todo momento.