El sector industrial se expone a una elevada siniestralidad. Los seguros multirriesgo y a todo riesgo contribuyen a garantizar la continuidad del negocio.
El seguro industrial, fundamental para las fábricas, talleres o naves
Las empresas se enfrentan cada día a numerosos riesgos, desde impagos hasta interrupciones en la cadena de suministro. En el sector industrial esos riesgos se multiplican debido a las características de la actividad que desempeñan, por lo que los accidentes en las instalaciones o con la maquinaria son relativamente frecuentes. El seguro industrial se encarga precisamente de cubrir los problemas que pueden afectar el funcionamiento de la fábrica, taller o laboratorio.
El seguro industrial en España
Las empresas que operan en el sector industrial se encargan de transformar las materias primas para producir todo tipo de bienes, un trabajo complejo que demanda una gran sincronización entre el equipo humano y maquinarias costosas. Por esa razón, un error humano puede causar daños importantes que paralicen la producción y un siniestro provocar grandes pérdidas económicas.
De hecho, en 2021 las aseguradoras atendieron 124 631 percances en la industria relacionados con el mantenimiento de las edificaciones, desembolsando la suma de 379 millones de euros, según el informe “Memoria Social del Seguro” de Unespa.
Los problemas ligados a transportes cascos fueron los más caros, representando un coste promedio por siniestro de 15 172 euros, seguidos de los incidentes de montaje, con una media de 12 458 euros. No obstante, los siniestros relacionados con la construcción, los incendios industriales y la avería de maquinarias también fueron comunes.
Por ese motivo, es recomendable contratar un seguro industrial que cubra los accidentes que se pueden producir en el negocio, desde incendios, robos y avería de maquinaria hasta daños materiales, responsabilidad civil y/o pérdida de beneficios por diversas circunstancias. Este tipo de póliza protege los bienes y el patrimonio de las fábricas, talleres, almacenes y naves industriales, garantizando así la continuidad del negocio.
Las coberturas de los seguros multirriesgos y a todo riesgo
Los seguros industriales se caracterizan por su versatilidad, variedad y flexibilidad a la hora de adaptarse al negocio y sus necesidades de cobertura. No obstante, en sentido general existen dos grandes tipos de pólizas: multirriesgo y a todo riesgo. Aunque ambas cubren el inmovilizado, las mercancías y el margen bruto si se paraliza la actividad, presentan algunas diferencias que es importante conocer a la hora de elegir un seguro para nave industrial o fábrica.
1. Seguro a todo riesgo industrial
Este seguro es habitual en las empresas de mayor tamaño pues cubre una amplia gama de riesgos que pueden afectar el patrimonio y la actividad industrial. Se destina a cubrir siniestros de grandes importes, pero con baja frecuencia de ocurrencia, aunque en general garantiza cualquier daño material que se produzca como resultado de un accidente en las instalaciones, excepto los riesgos que queden expresamente excluidos en la póliza.
El seguro a todo riesgo industrial garantiza desde roturas accidentales como las caídas de estanterías, hasta incendio, robo, daños por agua o fenómenos atmosféricos. No obstante, suele excluir los riesgos provenientes de guerras, terremotos o hundimientos, los cuales quedarían cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros.
Obviamente, su precio suele ser más alto que el de los seguros multirriesgo y a menudo implica el pago de una franquicia en caso de siniestro ya que su principal objetivo es asegurar los riesgos que representen un coste elevado para la empresa mientras evita los más pequeños y frecuentes que no ponen en peligro el funcionamiento del negocio.
2. Seguro multirriesgo industrial
El seguro multirriesgo industrial es más habitual en los negocios pequeños o medianos pues es muy flexible y se puede adaptar a las necesidades de la empresa, el sector en el que opera y su presupuesto. También conocido como seguro de riesgos nominados, detalla en la póliza todos los riesgos que quedan cubiertos, pero permite elegir entre un amplio abanico de coberturas básicas y complementarias para terminar contratando una especie de “seguro a la carta”.
Las coberturas básicas más comunes que incluye este seguro multirriesgo son:
- Incendio, explosión o caída de rayo, incluyendo los gastos de extinción
- Fenómenos atmosféricos (lluvia, viento, nieve y pedrisco)
- Daños eléctricos
- Actos vandálicos
- Gastos de desescombro y demolición
- Daños por agua, incluyendo inundaciones y gastos de localización y reparación de las averías
- Rotura de cristales, loza sanitaria, mármoles y otros elementos
Además, las empresas pueden contratar otras garantías opcionales:
- Pérdida de beneficios por cierre del negocio
- Robo y expoliación
- Averías en equipos electrónicos y de maquinaria
- Reposición de maquinaria y dispositivos electrónicos
- Responsabilidad civil
- Bienes desplazados temporalmente
- Infidelidad de empleados
- Rotura de depósitos
- Derrame de líquidos
Por último, cabe aclarar que más allá de la cobertura de bienes patrimoniales enfocada en proteger los inmuebles, maquinarias y mercancías de la fábrica, taller o nave industrial, es particularmente interesante la cobertura de beneficios o lucro cesante ya que garantiza una indemnización por la pérdida de rendimiento económico debido a un siniestro. En ese caso, la aseguradora no solo cubrirá la pérdida de beneficios derivada del siniestro durante el periodo previsto en la póliza, sino también los gastos generales que sigan gravando el negocio y aquellos en los que incurra como consecuencia directa del siniestro.