La imagen corporativa de una empresa de seguros

¿Qué es la imagen corporativa y por qué se ha vuelto tan importante? Las claves para mejorar la imagen corporativa de una empresa de seguros.

La imagen corporativa, un activo clave para tener éxito

En un mercado cada vez más complejo y saturado, las empresas de seguros no pueden competir únicamente en términos de precios y productos, necesitan desarrollar una imagen corporativa sólida que les permita diferenciarse y transmita confianza al público. En un escenario globalizado y conectado como el actual, la imagen corporativa de una empresa puede ser uno de sus principales activos y la clave del éxito.

¿Qué es la imagen corporativa de una empresa?

La imagen corporativa es el conjunto de creencias, actitudes, sentimientos y pensamientos que experimentan los consumidores y el público en general hacia una empresa. Se refiere a la percepción que tiene la sociedad de sus productos, servicios, actividades, estructura, tradiciones y valores, por lo que termina siendo la forma en la que la audiencia reconoce a una empresa en el mercado. Son las impresiones que genera y las asociaciones automáticas que activa en la mente de los consumidores.

La imagen corporativa tiene un componente funcional que se puede medir con cierta facilidad ya que se refiere a las cualidades físicas y tangibles de la organización, pero también cuenta con un componente emocional que se mueve en la dimensión psicológica de las emociones y las actitudes, el cual se deriva de las experiencias personales de los clientes con la empresa y el conocimiento del público general sobre la misma.

Por consiguiente, la marca corporativa es un concepto complejo en el que se entrelazan numerosos factores, desde los logros que ha alcanzado la empresa hasta la relación que establece con sus trabajadores, su responsabilidad hacia el medio ambiente, su compromiso social, las experiencias personales de los clientes, la comunicación externa de la organización y, por supuesto, los errores que haya cometido o la calidad de los productos y servicios que ofrece.

La enorme importancia de la imagen corporativa en los tiempos que corren

La marca corporativa es esencial para ganar un espacio en la mente del consumidor. Permite a la empresa de seguros destacar entre los competidores para tener ventaja en el momento de promocionar sus productos y servicios. Si una persona asume que la imagen corporativa de la aseguradora o correduría se alinea con sus intereses, es más probable que contrate sus productos y servicios.

De hecho, cuando un cliente elige una empresa de seguros y permanece fiel a lo largo del tiempo, no lo hace únicamente por el precio o la calidad del servicio, sino también porque se identifica con los valores que transmite la entidad y siente cierta afinidad con la marca, que puede convertirse en una fuente de tranquilidad y confianza. Ese vínculo es lo que empuja a un cliente a recomendar los servicios de una aseguradora o correduría.

Por tanto, la marca corporativa terminará influyendo en la decisión de compra del cliente potencial y en el índice de fidelización, por lo que es indispensable para el éxito de la correduría o aseguradora. Eso significa que aumenta el valor de la marca, la ayuda a ganar credibilidad y se convierte en una pieza esencial en el motor de ventas de la empresa de seguros.

¿Cómo mejorar la imagen corporativa de una empresa de seguros?

La imagen corporativa tiene un fuerte componente subjetivo que las aseguradoras y corredurías no pueden controlar por completo, pero pueden poner en marcha diferentes acciones para mejorar la percepción del público:

Construir una identidad visual sólida.

La marca corporativa comienza por los elementos visuales de una organización, desde el logotipo hasta los colores elegidos, la tipografía utilizada, los signos y el material que se facilita a los clientes. Por consiguiente, es vital cerciorarse de que la identidad visual de la correduría o aseguradora esté en sintonía con la imagen corporativa que se desea proyectar.

Brindar un servicio de calidad.

Un estudio realizado en Taiwán reveló que los clientes evalúan la imagen corporativa de las aseguradoras de vida no solo en base al desempeño financiero de la póliza sino que también tienen en cuenta el proceso de suscripción y los servicios prestados. Por tanto, para mejorar la imagen corporativa es imprescindible optimizar los servicios de suscripción y la atención al cliente. A fin de cuentas, una experiencia positiva es la mejor baza para generar una buena impresión.

Mantener una comunicación corporativa coherente.

Toda empresa de seguros debe gestionar adecuadamente la comunicación interna y externa pues la suma de ambas conforma la comunicación corporativa e influye en la imagen que transmite. Por tanto, vale la pena modernizar la estrategia de comunicación ajustándose a las exigencias del contexto actual, así como incluir los nuevos canales de difusión que usa el público objetivo. Asimismo, es importante mantener la coherencia a través de esos canales, desde las redes sociales hasta el blog corporativo o los correos electrónicos, pues ello ayuda a hacer confluir la percepción de los diferentes segmentos del público.

Involucrarse en proyectos que aporten valor.

Una excelente estrategia para consolidar la imagen corporativa de una empresa consiste en involucrarse en proyectos y acciones que aporten valor. Las aseguradoras y corredurías pueden poner en marcha programas de cuidado medioambiental, sumarse a eventos de responsabilidad social o realizar actividades que contribuyan al desarrollo de la comunidad. Es fundamental elegir aquellos proyectos con los que se compartan valores y que puedan reforzar la imagen corporativa generando asociaciones positivas.

Por último, pero no menos importante, es fundamental tener en cuenta que la imagen corporativa es en gran medida la expresión de la cultura que impera en la empresa de seguros. Los consumidores actuales son cada vez más exigentes y penalizan prácticas como el greenwashing, por lo que es esencial que cualquier cambio en la imagen corporativa, se promueva primero al interno de la organización. Solo así el mensaje resultará coherente y convincente a largo plazo dando lugar a una imagen corporativa sólida que transmite confianza.